lunes, 1 de diciembre de 2008

Práctica sobre el papel de la censura en casa y el control parental.

Se va a hacer el mismo comentario para las dos prácticas referentes al control parental y a los filtros en Internet por ser de la misma temática.

El mecanismo subyacente al filtrado de contenidos es muy sencillo. En el navegador se determina el nivel de filtrado que se desea aplicar. En el otro extremo de la cadena, los autores de las páginas Web añaden a las mismas unas etiquetas en las que se indica el nivel de sexo, desnudos o violencia que existe en una página determinada.
Cuando se ha definido el nivel de filtrado, el acceso a las páginas Web que superen dicho nivel es denegado.
Existen por desgracia muchas páginas con un contenido inadecuado para los menores que los autores no codifican como tales. Una solución es ajustar el perfil de filtrado de forma que excluya todas las páginas que no estén codificadas. Sin embargo, esta limitación puede restringir mucho el acceso a Internet y hacer que no se puedan visitar numerosos sitios interesantes sólo por no estar codificados.

En este funcionamiento, existen varios problemas:

• 1. Para menores por debajo de los 6 y 10 años según un estudio de Deloitte funciona muy bien ya que el filtro es muy restrictivo sin embargo para menores de 11 a 16 años, al no ser tan restrictivo el filtro, ya no funciona muy bien. Pueden ocurrir dos cosas, que el filtro sea muy restrictivo y por tanto se eviten muchas páginas que pueden ser muy interesantes para estos menores o que el filtro no sea tan restrictivo, en tal caso ya no funcionaría tan bien.
• 2. Muchas páginas de la web 2.0 cambian cada día, lo que hace muy difícil que existan listados de páginas buenas y páginas malas según el mismo estudio de Deloitte.
• 3. Por último, añadir que otro gran peligro del Internet actual no solo se produce de lo que los menores puedan ver, sino de la información comprometida que los menores pueden enviar. Por ejemplo, en las redes sociales del tipo de Facebook o Twenti, los datos que se incluyen, pasan a ser del dominio de las propias empresas que son las dueñas de estas redes sociales que pueden comerciar con ellos, esto es, pueden conocer todas tus aficiones o todo el listado de tus amigos. En los chats los menores pueden conversar con multitud de personas que, por un lado les puede hacer más cosmopolitas pero por otro les mentir con facilidad exponiéndoles a multitud de peligros. Y por el Messenger pueden enviar todo tipo de fotos o incluso conversar con cámara.

En definitiva, los filtros pueden funcionar, sobre todo a edades tempranas, pero si al menor no se le educa es difícil que se pueda confiar en él para que navegue por Internet sin una persona adulta a su lado. El gran filtro es la madurez y la educación de los menores. En lo referente a Internet, las normas sirven para poco, ya se sabe, hecha la norma, hecha la trampa, y en internet es demasiado fácil hacer la trampa, sobre para menores que conocen mejor los entresijos de la informática que los mayores.
Fuente:
www.deloitte.com/dtt/press_release/0,1014,sid%253D10537%2526cid%253D195078,00.html

Pedro Javier Martínez López

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