martes, 21 de octubre de 2008

Práctica para construir un código deontológico de la profesión de tecnólogo

El código deontológico es un documento que recoge un conjunto más o menos amplio de criterios, normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los aspectos más sustanciales y fundamentales del ejercicio de la profesión que regulan. Estos códigos cada vez son más frecuentes en otras muchas actividades. Sin embargo, no siempre se cumplen, y aunque sí se respeten, quedan notables lagunas en cuanto a quién está encargado de hacerlos cumplir, así como las sanciones para quienes los vulneren.
Un ejemplo serían lo Principios fundamentales del Código Deontológico del Periodista:
De la variedad de códigos de ética periodísticos, es posible formular una normativa que sintetice lo fundamental de estos principios éticos:
1. Informar veraz, exacta, amplia y oportunamente
2. Investigar e interpretar y opinar desde el interés público (del Pueblo, de la Sociedad Civil, de los Ciudadanos, del Bien Común de la sociedad)
3. Difundir, exigir y defender de manera proactiva los derechos y deberes personales y colectivos
4. Fiscalizar con independencia a los poderes del Estado, del Mercado y de la Sociedad Civil

Fuente: es.wikipedia.org/wiki/Código_deontológico.

Código deontológico de la ciudadanía digital.
Obtenido de: ciberespiral.net/index.php?Itemid=61&id=126&option=com_content&task=view

1. Ser honestos y respetuosos con el trabajo ajeno.
2. Ser originales y creativos
3. Ser legales, no piratas.
4. Ser sinceros: no mentirosos.
5. Ser elegantes en la exposición de nuestros puntos de vista y opiniones.
6. Respetar los datos personales de los demás.
7. Ser críticos con la información publicada en Internet.

Este sería un Código deontológico para aquellos que usen la tecnología.
El problema no es establecer el código, sino hacerlo cumplir. Hay gente que pensaría que se deberían imponer sanciones a aquellos que no lo cumplan. En los casos gravosos, debe ocurrir así, pederastas, violencia, falsificación de identidades, estafas, vulneración de la propiedad intelectual, etc. Esto ya ocurre en la vida real, no es nada nuevo, las TIC lo único que han hecho es que sea más fácil poderse saltar las leyes que nos hemos impuesto todos, incluso poder salir impunes si realizas el delito en un sitio en el que no está penalizado tal delito aunque las consecuencias negativas del delito repercutan en múltiples lugares donde sí que está penalizado.
En otros casos no tan gravosos, tal vez, imponer sanciones significaría romper la libertad de expresión que hace tan rica la vida digital. ¿Quién decide que elementos serían sancionables o no? ¿Quién impone las sanciones? ¿Lo tendría que hacer el estado? Además sería muy difícil de combatir.


Pedro Javier Martínez López

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