lunes, 10 de noviembre de 2008

Práctica sobre comunicación, poder y contrapoder en la sociedad red.

Según un artículo de la revista “Foreign Police” Edición española, Nº 29 escrito por Kim Hyun Sik, antiguo profesor de Kin Jong IL y actual profesor investigador en la Universidad Gorge Mason (EEUU): “Para vivir bajo un régimen totalitario uno tiene que anular diariamente su capacidad crítica. A día de hoy no hay lugar donde esto sea más cierto que en Corea del Norte. Gente que en otras circunstancias sería ética se retuerce hasta sostener opiniones morales indefendibles, porque se creen la tan repetida idea de que su país es un “paraíso terrenal”. En Corea del Norte, simplemente para sobrevivir, los ciudadanos tienen que pensar que viven en la “tierra prometida”. Una vez que el adoctrinamiento ideológico se traslada a la realidad, el dictador ni siquiera necesita estar encima para sembrar el miedo. No mientras los ciudadanos corrientes cumplan sus deseos. Todo esto es una mala noticia para quienes no encajan dentro de lo que Kim Jong Il considera una población sana y activa.”
Una dictadura controlando los medios de comunicación y el sistema educacional puede conseguir no necesitar medios coercitivos para dominar un país.
¿Pueden los políticos de las democracias occidentales actuales adoctrinar ideológicamente a la población? ¿La confrontación de intereses en las elecciones son los suficientemente enconadas y veraces como para que se manifiesten las diferencias entre los partidos políticos?
Los partidos generan un líder que encarne unos determinados valores aprovechando que los ciudadanos no leen los programas de los candidatos, estos valores tienen que ser lo más centristas posibles para poder juntar al máximo número de votantes. A partir de este momento utilizan el marketing político para llegar masivamente al público utilizando los medios de comunicación. Consiguen ganar de esta forma las elecciones. Todo está bien. A partir de este momento. ¿Quién controla que los políticos hacen lo que han dicho en las elecciones? En sí, deberíamos de ser todos los ciudadanos pero nos ocultan lo que hacen, ellos tienen el poder de hacerlo.
¿Los medios de comunicación ejercen su situación como cuarto poder auditando las actuaciones de los políticos o se dejan dominar por estos?
Según el artículo de Castells los medios de comunicación conforman el espacio en el que se ejerce el poder no la fuente que la sostiene, pero desde mi punto de vista los medios de comunicación deben de fiscalizar el poder, sacar a la luz los trapos sucios y significar todas las actuaciones de los políticos para que el público pueda conocer lo que los políticos realizan ya que les afecta. Unos medios de comunicación que solamente sirvan para poner el cuadrilátero en el que los políticos blanden sus puños, no darían un gran servicio a la democracia, deben de servir también de árbitros de los encuentros. En este caso, nunca deben de solapar la actuación de la justicia, cuando las actuaciones de los políticos sean lo suficientemente dañinas para la sociedad como para que los jueces actúen, los medios de comunicación deberían dejarles actuar, pero hasta ese punto los medios deben intentar actuar de forma objetiva.
También se podría criticar esta actuación de los medios aduciendo que estarían reduciendo la credibilidad de los políticos y promoviendo la desconfianza de la población en los políticos. Esto no debe de ocurrir de esta forma ya que si los políticos saben que sus andanzas tarde o temprano van a ser descubiertas, evitarán realizarlas por lo que se promovería lo contrario, la confianza en los políticos.
¿Podría la Web 2.0 realizar esta importante contribución a la Democracia? No la realizan actualmente los medios de comunicación que existen, en muchos casos no son lo suficientemente críticos con el poder y no se molestan en realizar investigaciones en profundidad en los subterfugios del poder. Es más sencillo obtener lectores siendo meros alabadores del poder, acariciando los oídos de los lectores comentando lo que ellos mismos piensan. Para realizar esta actividad se necesita bastante dinero, espaldas anchas y una gran dosis de profesionalidad. ¿Tendrán todas esas características las personas que escriben por escribir y que no se molestan en la mayoría de los casos en confrontar lo que escriben o las tendrán los medios de prensa que publican por Internet? Es difícil pensar que la Web 2.0 realice la función de fiscalizar al poder.

Publicado por Pedro Javier Martínez López.

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